Actividades Lúdicas y Disciplina Escolar: Manejo de Posibles Conflictos

La disciplina en el salón de clases comienza con el respeto y la responsabilidad por parte de los estudiantes hacia sus maestros y propios compañeros de aula, en algunas ocasiones el docente, por inexperiencia, no posee el suficiente dominio del grupo, otras es por que no existe un compromiso claro con la misma, y otras porque no se tiene la autoridad necesaria de parte de profesores, directivos y sociedad escolar en pleno. Pues debemos ser conscientes de que la generación de indisciplina compete de una u otra forma a todas las partes desde la familia con la educación en el hogar, los estudiantes con su falta de compromiso, hasta los directivos del plantel con su orientación.

Por otro lado, un día puede ocurrir que sacamos un tema especialmente álgido en el transcurso de la jornada escolar y el salón integro se convierte en una algarabía difícil de controlar. Para esos momentos se necesitan tener algunas estrategias diferentes y posiblemente más contundentes para mantener a todos en sana paz y convivencia. Lo primero que deben recordar los docentes es el manual de convivencia que toda institución educativa debe poseer, en este se puede conseguir fácilmente una solución cuando existen momentos que están totalmente fuera de contexto.

Los orientadores de la conducta estamos en total desacuerdo con los castigos, en todo caso deben utilizarse reforzadores, tanto positivos como negativos para modificar o extinguir conductas no adecuadas y mantener las adecuadas.

De allí la importancia de obtener estrategias para el manejo de la disciplina, por ejemplo, en momentos de mucha intranquilidad de parte de los niños, niñas y adolescentes, se puede dar una sesión de estiramiento basada en ejercicios de yoga. También se puede trabajar un sesión de dibujos y coloreado, esto baja automáticamente la tensión y mantiene más calmados a los alumnos.

En todo caso, si el clima de indisciplina persiste, tendrá que aplicarse las sanciones reglamentarias del manual de convivencia, el cual debe incluir un acuerdo que firmará el alumno donde se compromete a no volver a cometer el mismo comportamiento, en caso de no cumplir con ese contrato conductual, deberá cumplir con las sanciones pertinentes, que pueden llegar hasta la expulsión del alumno.